Yacimiento Molata de Casa Vieja
Molata de Casa Vieja, muela que se eleva en la linde de un gran valle donde
se sitúa el gran poblamiento ibérico, oppidum, de unas 15 hectáreas que fue el protagonista
desde su surgimiento, en el siglo V a.C., hasta la llegada de los romanos a esta zona. Capaz
de controlar un gran territorio, dominó todo el valle y parte del sistema montañoso en torno a
él y fundó asentamientos rurales de menor entidad en búsqueda de una mejor explotación del
paisaje. Con este pequeño estudio se pretende presentar este gran oppidum, su relación con el
paisaje y su papel en esta zona de las intrabéticas septentrionales al cual le acompañan, más al
sur, otros asentamientos más conocidos como Basti (Baza).
A Molata se la reconoce como Arkilakis, nombre mencionado por el geógrafo alejandrino Ptolomeo
y con el que se ha querido identificar este oppidum (Salvador Oyonate, 2008: 335).
Toda la comarca parece estar deshabitada desde el Bronce Tardío hasta el siglo VI a.C. bien avanzado, lo que hace pensar que sean comunidades inmigrantes que provienen de otros centros las que poblaran la zona,
además de contemplar Molata como un punto de “parada” en una ruta de comunicación desde el Norte
(Nerpio) hacia el Sur. El origen de estas gentes es todavía discutido y se barajan dos posibilidades:
poblaciones de la zona murciana de Caravaca de la Cruz o grupos del Norte, de la Sierra de Taibilla.
Fuente: Centro de Estudios Arqueológicos Bastetanos.
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