En la actualidad el tema de medio ambiente es bastante común oírlo en todos los medios de comunicación, pero a veces, nos parece que es un tema que no va con cada uno de nosotros, y que sólo pueden solucionar los políticos o las plataformas medioambientales.

Muy lejos de la realidad están los que piensen eso, ya que todos y cada uno de nosotros podemos contribuir a que nuestro planeta no se deteriore cada día más.

Esto es bien sencillo si nos concienciamos que podemos empezar cuidando el ámbito más cercano que tenemos, es decir nuestras calles, nuestros jardines, en general nuestro entorno paisajístico, tanto urbano como rural.

Es importante, que para contribuir a cuidar nuestro entorno, tengamos el convencimiento de que nuestro grano de arena es importante, al mismo tiempo que lo es el hecho de transmitir esta idea a las generaciones más jóvenes, de modo que todos tenemos la obligación de educar en este sentido a los niños desde la más temprana edad. Una simple bolsita de pipas en un niño de hoy, puede ser un televisor tirado en la rambla el día de mañana.

A la mayoría de los ciudadanos nos gusta, que cuando salimos a la calle, viajamos, o paseamos por el campo, encontrarnos una calle limpia, una ciudad acogedora, y un campo en el que poder comernos un bocadillo a la sombra de un pino merendero. Además, nos encanta que hayan pájaros, buena hierba, buena sombra y a ser posible un rio encantador en el cual refrescarnos para lavarnos las manos o para que los niños se diviertan un rato.

Olvidamos a menudo que, para que este hábitat esté en óptimas condiciones, no puede haber jardineros, barrenderos, y ecologistas a cada paso que damos, para que nos cuiden nuestro pueblo, nuestra ciudad o nuestro planeta en general, sino que hemos de ser cada uno de nosotros los que hemos de evitar ir desperdigando objetos y desperdicios por doquier. Esto no quiere decir que no sea necesaria la aportación de profesionales para mantener una limpieza mínima de aquellas cosas que son inevitables que estropeen nuestro entorno.

Una vez hechas estas reflexiones sería interesante que pudiéramos visualizar nuestro pueblo en alguno de nuestros paseos, y que observáramos sus calles, sus jardines y que en una salida a los alrededores, donde los paseos son tan placenteros y saludables, pudiéramos contemplar la belleza del entorno, al tiempo que ser observadores, y contemplar la cantidad de objetos que se abandonamos a lo largo de un camino, un campo, una calle una rambla, o un rio.

No debemos obstaculizar ni un solo centímetro de nuestro jardín con una lata, una botella, una bolsa, evitando que en ese espacio pueda crecer una bonita margarita, un esbelto nazareno, o una esplendida y olorosa boja de romero, tomillo o espliego, que siempre nos proporcionaran una sensación más agradable que un neumático o una bolsa de plástico a los pies de una bonita encina o un pino centenario.

La Puebla de Don Fadrique posee uno de los entornos más bonitos que puedan existir en cualquier Comunidad, sólo basta con pasear sus alrededores y hasta las tapias más viejas rebosan belleza con sus hiedras verdes y frondosas. Si a esto le unimos que posee una de las montañas con más encanto, La Sagra, y unas pinnadas más bellas, no es de extrañar que sea un lugar idílico para excursionista, fotógrafos, pintores o simplemente amantes de la naturaleza.

Pues a esos amantes de la naturaleza, sean ciudadanos de Puebla de Don Fadrique, o a los visitantes que a ella acuden en busca de su temperatura agradable y de sus paisajes tan apreciados, hemos de recordarles que por favor contribuyan al cuidado de nuestro jardín particular tan apreciado, como es Puebla de Don Fadrique, desde donde les damos a todos la bienvenida e invitamos a cuidar y mantener un pueblo limpio y digno de admirar.

“Gota a gota siempre se forma un cirio Pascual”

¡Tú eres una de esas gotas para que nuestro jardín esté más bonito¡

Escrito por: Pilar Gutierrez Talavera.

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